5 LECCIONES de VIDA que aprendimos en la 1ra semana como Marinos de Guerra de un Veterano de las Fuerzas Armadas, la última es la mejor...

Lecciones durisimas que aprendimos en los ejercicios fisicos que el Técnico FALLA, un Veterano instructor de cadetes en la Escuela Naval del Perú y que nos duró por siempre...

Llevábamos apenas unas horas en la Marina cuando aún nuestra mente no acababa de procesar que habíamos dejado de ser “civiles” adoptando un nuevo estilo de vida, por mi parte, yo que era un príncipe en mi reino familiar, descendí a las mazmorras de mi esquema mental y sufría enormemente este cambio.

Por falta de recursos económicos dentro de un gobierno desastroso, la Marina no fue la excepción y si bien nos dieron el equipo mínimo indispensable al ingreso, les faltó darnos una herramienta fundamental para las actividades deportivas, que por ser los primeros días en la Marina, eran el núcleo donde giraba el acondicionamiento físico, las zapatillas.

Pero como el mundo sigue girando y no podía parar el adoctrinamiento, igual salimos a la explanada a formar a las 1600, para deportes tal como nos habían indicado la noche anterior: usando una pálida camiseta celeste (sobrio color que nos tocó de acuerdo a la distribución de colores por años en la Escuela), un pantalón corto blanco, una medias de deporte muy gruesas, casi de lana, abrigadoras y….unos brillantes zapatos negros de cuero, llamados “zapatos de cuartel”, que al ser nuevos, para esos efectos de deportes no eran distintos a un par de cajas de madera talla 42 en los pies.

Ya formados con la rigidez cadavérica que adopta un aspirante a cadete, completamente inmóvil en posición de atención con la cara al cielo, vi de reojo como se acercaba un personaje distinto a los cadetes adoctrinadores encargados de dirigir el grupo.

Era un señor de mucha mayor edad, rostro curtido por el sol, de porte atlético, cabello muy recortado, de aspecto gruñón y con ropa de deportes, correctamente uniformado.

“Uy este viejito a cargo de los deportes, al menos algo tranquilo dentro de este infierno” pensé.

Gran error de percepción, ya comenzaba a aprender de él a los 5 minutos de aparecer.

 

La experiencia, es la mejor maestra

Lección 0: Nunca juzgues por la edad a nadie, la experiencia de los mayores es de lo que siempre aprenderemos

El cadete Torrico, más antiguo del grupo de adoctrinadores nos dijo que el Técnico Falla, orgulloso Buzo de la Marina, estaría a cargo de los ejercicios físicos ese mes.

– ¡Señores aspirantes buenos días!- nos dijo sin mediar mayor demora, el Técnico Falla

– ¡Buenos días Tecnico! – respondimos casi como acto reflejo

– Vamos a correr un par de vueltas a la explanada para calentar un poco – nos indicó

Aun estando listos, el técnico, viejo lobo de mar, percibió cierta resistencia de nuestra parte por el asunto de nuestros zapatos y la inconcebible idea de correr con ellos

– ¡A la izquierda….izquierda….! – nos dijo con su característica voz ronca que hasta ahora resuena en mis oídos

– Si creen que no van a correr por no tener zapatillas, se equivocan, a los terrucos no les van a decir que los esperen porque no tienen sus zapatillas así que…¡de frente paso ligero!…..marchen!- gritó ya con voz más firme y decidida que hizo eco en la explanada.

 

Adaptabilidad

Lección nro.1: El mundo no gira alrededor tuyo, tienes que adaptarte a lo que tienes, y si Dios te da limones….

Vaya si esa tarde corrimos como caballos, los zapatos nos sacaban unas simpáticas ampollas mientras que los cadetes se turnaban para pasearse entre filas metiendo presión para que nadie quede rezagado.

– ¡Nadie se queda, vamos aspirantes, ustedes pueden, demuestren que quieren ser marinos!- nos decía este señor que no necesitaba altavoz para comunicarse con los 188 galifardos bajo su control.

Si algunos se iban quedando rezagados se acercaba y nos daba ánimos diciendo que ya faltaba poco.

 

Resiliencia

Lección nro. 2:  nos enseñaba la capacidad de superar nuestros obstáculos, seguir hasta el final y de lo importante que es una voz de ánimo en ese trance.

La carrera acabó, duró 4 vueltas y no 2 como nos dijo, llegamos destruidos, unos con arcadas y alguno que otro vomitando ahí mismo por el esfuerzo, pero llegamos todos.

– ¡Muy bien aspirantes, ahora vamos a hacer 50 planchas!- nos dijo

-…- (nadie respondió, no podíamos con nuestra alma y quería que gritáramos felices y contentos de nuevo)

– ¡No los oigo, vamos a hacer 100 planchas!- aumentó 50 más

– ¡Vamos!- dijeron los 4 gatos que ya habían recobrado el aire

– ¡No los escucho todavía, vamos a hacer 150 planchas!- aumentó otras 50

Mientras pensaba “puta madre este huevón está loco”, gritaba a voz en cuello dejando la garganta a lo barra brava gritando un GOL

– ¡VAMOS!- dijimos con un grito como si se nos fuera a todos la vida en ello

– ¡Ahora sí, para planchas 1,2 !- volvió a decir

– ¡3-4! – gritamos nuevamente y con mala cara nos pusimos en posición de planchas, “este tío ya se excedió, ni en sueños voy a hacer 150 planchas” pensaba.

Él fue el primero en ponerse en posición de planchas diciendo:

“las primeras 10 son mías!” y empezó a hacerlas
 
 
 

Liderazgo

Lección nro. 3: Un buen líder siempre da el ejemplo si quiere ganarse la confianza y respaldo de su gente

– ¡Ahora con todos los aspirantes!- nos gritó cuando llegó a la numero 10

-!11! – empezamos a seguirlo gritando todos ya con mas aire y fuerza

Así fue como empezamos aquella lid, nuestra juventud y las ganas de cumplir nos llevó a seguirle el ritmo al técnico que no se había ni despeinado mientras yo estaba en nivel Zombie Predator Walking dead.

11,12,13,20,30,50,70….ufffff y ahi sufriendo tratábamos de responder como podíamos.

-71- dijo y nosotros desfalleciendo casi sin ya seguirle la cuenta

– 71, no los escucho – volvió a decir luego de hacer la siguiente plancha

– 71 – repitió haciendo otra más, ya se había “comido” 2 más y eso nos llamó a sacar aire donde no había y respondimos

– ¡71! – gritamos todos

– muy bien! , 72, 73….- y siguió con nosotros coreando cada plancha

 

El infinito poder de tu mente

Lección nro.4: Tu mente es poderosísima y puede levantarte o hundirte, depende de ti.

Henry Ford decía “si piensas que lo puedes lograr estás en lo correcto, y si piensas que no lo puedes lograr, también estás en lo correcto”

Llegamos a las 150 sin pensar que podríamos, a mi lado, el charapa Vidaurre y el Monillo Anderson, que eran mis termómetros de apoyo moral, estaban como yo, más deshidratados y secos que aliento de momia, con los músculos cual papel higiénico mojado pero cumpliendo la misión.

Una vez que terminamos, el técnico se puso de pie, y como manda la jerarquía pidió permiso para retirarse al más antiguo y se despidió diciéndonos que al día siguiente nos vería a la misma hora.

Y mientras pensaba “su puta madre, otra vez esta tortura, mañana voy a morir” nos poníamos de pie y por fin rompimos filas.

 

Enfócate siempre en tu objetivo y nunca digas "no puedo"

Lección Nro. 5: Puedes ir mucho más allá de lo que crees, no tienes límites, tu mente es la que te los pone.

Si bien nuestra juventud y lo caótico de esos días, no nos permitió racionalizar lo que estaba pasando, nuestro cerebro “reptiliano” si asimiló muy bien aquello, creando nuevos límites y una fabulosa mentalidad de poder de nuestra mente sobre nosotros mismos

El técnico Pedro FALLA nos dejó físicamente hace unos años, sin embargo estoy seguro que donde esté debe reírse cada vez que alguien dice “no puedo más”, él se encargó de dejar una escuela con estas lecciones que registro en su nombre y de desterrar la palabra “no puedo” del vocabulario de un marino, de los de mi generación y la de muchos otros que lo conocieron.

 

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