Los conflictos en el mundo occidental, en la época que vivimos, han devenido fundamentalmente a ser de carácter cultural, separándose en dos cosmovisiones marcadamente antagónicas que se han desarrollado en el proceso por implantar un Nuevo Orden Mundial (NOM), una de ellas la denominada Progresista busca desacralizar a las religiones, modificar a la familia tradicional, promover el aborto y la denominada ideología LGTBI (lesbiana-gay-transexual-bisexual-intersexual), orientar el sistema educativo hacia una nueva formación académica, desprestigiar y minimizar el rol de las FF.AA, imponer modelos y valores afines a su concepción mediante el control de los medios de comunicación social y expresiones culturales y artísticas y debilitar la estructura del estado-nación hasta modificarla y dominarla. La otra cosmovisión es la Tradicionalista que protege la estructura familiar y la cultura propia, siendo restrictiva al aborto y al LGTBI.
El escenario donde se desarrolla principalmente esta guerra cultural es el mediático, de ahí la importancia sustantiva que tienen la educación, el lenguaje y las diferentes formas de difusión como vehículo para ir moldeando la mentalidad de las nuevas generaciones de diferentes sociedades hacia visiones propias del NOM para lo cual emplean los espacios culturales en todas sus expresiones: las noticias, los programas políticos, las películas de cine y televisión, actividades de entretenimiento y deportivas, etc.
La aparición y universalización del uso de las redes sociales es hoy por hoy elemento vital de la interacción social de las personas y entidades, que permite comunicaciones en tiempo real. La falta de regulación en USA, a diferencia de Europa, en el espacio digital ha creado una seria controversia, pues Twitter y Facebook decidieron cerrarle el acceso a Donald Trump, lo cual es una demostración de poder que ha sido calificado por Ángela Merkel diciendo que es “muy problemático que empresas privadas puedan bloquear las cuentas de un presidente”.
La arquitectura contemporánea del poder mediático se empieza a estructurar hace más de cien años cuando en 1915, el congresista de Estados Unidos de América (USA) Oscar Callaway informó al Congreso que J.P. Morgan, empresa de acero, construcción naval y sus organizaciones subsidiarias reunieron, por encargo de los Rothschild, a doce hombres del alto mundo de la prensa para seleccionar los periódicos más influyentes de USA, que les permitiera controlar la política general de la prensa diaria sobre las cuestiones de naturaleza nacional e internacional, consideradas vitales para los intereses de los compradores. Poco después, en 1919, el primer trabajo del Council of Foreing Relations (CFR), fue hacerse con el control de la prensa. Esta tarea se le encomendó a John D. Rockefeller, quien estableció una serie de revistas de noticias nacionales como Life y Time. Se financió a Samuel Newhouse para que comprara y estableciera una cadena de periódicos por todo el país, y también a Eugene Meyer que compró muchas publicaciones como el Washington Post, Newsweek, y The Weekly Magazine.
Pero el CFR también necesitaba controlar radio, televisión y la industria cinematográfica. Es así que, en 1985, Eustace Mullins publicó: “¿Quiénes son los dueños de las cadenas de televisión?”, donde revela que los Rothschild tenían el control de las tres principales cadenas de USA, que eran: NBC (General Electric-Comcast), CBS (Viacom Inc.) y ABC (Walt Disney Co.)
Actualmente los grupos mediáticos más poderosos del mundo están concentrados en USA; se les llama los “big six” (seis grandes) y está conformado por: Walt Disney Company, General Electric-Comcast, AT&T-Time Warner, News Corporation, Viacom Inc. y Sony Pictures Television, se estima controlan el 90% del espacio de los medios, espectro que a finales del siglo pasado se repartía entre medio centenar de grupos.
En el Perú los grupos más importantes son El Comercio, ATV, Latina, RPP, La República, Panamericana –línea independiente-, y últimamente Willax–único medio de oposición abierta-, pues de los primeros cinco, por lo menos cuatro de ellos han marcado desde hace algunos años una tendencia a interpretar y difundir los sucesos en forma sesgada para favorecer al NOM y a las autoridades y grupos que privilegian dicha línea, utilizando las encuestas para tratar de legitimar los temas de interés mediante resultados apropiados, particularmente esto se ha enfatizado durante el período del Ing. Martín Vizcarra Cornejo, donde se incubó el funesto manejo de pandemia del Covid-19 reconocido como el peor del mundo, rumbo no cambiado en la actual gestión transitoria y de emergencia del Dr. Francisco Sagasti Hochhausler. Los motivos son ampliamente conocidos, la perentoria necesidad de los medios de contar con la publicidad estatal para poder subsistir y la influencia de los grupos de poder ligados a las ONGs progresistas de los paniaguados de Soros.
Es importante mencionar que la junta directiva de la ONG “Consejo de la Prensa Peruana”, creada para defender la libertad de prensa y para promover el ejercicio ético de la profesión, está integrado por: La República, RPP, El Comercio, Semana Económica, Mercados & Regiones, Espacio BL y Canal N. siendo presidente del Comité de Ética, un ente autónomo, el Dr. Diego García Sayán Larrabure y vicepresidenta Celia Rubina Vargas, de la PUCP.
Es evidente la tendencia proveniente del gobierno de crear las condiciones para postergar las elecciones por razones de salud pública. Simultáneamente se ha establecido una red conformada por medios de líneas afines denominada “Ama Lulla“, son: IDL Reporteros, Ojo Público, La Mula, Útero, Convoca, Ideele Radio, El Búho, El Filtro, auspiciados por PNUD.
PROSPECTIVA 2021 (9/17)
Collage de textos basado en artículos propios y lecturas del autor ensamblados por temas que en forma breve se exponen para enriquecer la visión sobre los acontecimientos del siglo XXI y el panorama del Perú en el 2021.