EN LA MARINA Y EL EJÉRCITO, UNA DE TANTAS FAMILIAS QUE DEFENDIERON AL PERÚ EN LA GUERRA CON CHILE.

Demasiadas historias existen detrás de cada una de las familias de los combatientes de la marina y el ejército del Perú desde el día 1 en el que la nación vio comprometida su soberanía y libertad, el ser guerreros viene en nuestro ADN (solo que ese gen, aparentemente florece cuando la situación arrecia, pero cuando aparece se adueña de nuestra voluntad y nos llama a filas…) y la familia De Los Heros fue un gran ejemplo.

 

el mas renombrado fue El Teniente Segundo Carlos de Los Heros y Aguilar, que hace 142 años, un 28 de Agosto de 1879, en el 2do combate de Antofagasta, en plena campaña naval donde el Huascar era el titan que desafiaba a toda la escuadra chilena con su estrategia de golpear donde menos se esperaba y saber salir con la misma audacia con que aparecía.

 

En este combate, en donde se causaron innumerables daños y bajas en naves enemigas, sin embargo se tuvo que lamentar el fallecimiento del Teniente De los Heros, cuando estaba a pocos días de cumplir 29 años de edad.

y si hubo algo conmovedor dentro de esta irreparable pérdida para la tripulación del Huáscar, son las palabras sentidas de todos los que allí trabajaron con él, quedando registrado en el cuaderno de bitácora del Huáscar el siguiente texto: “Con la pérdida de este caballero pierde su familia lo más querido de ella; compañeros al amigo verdadero y leal y la Marina del Perú a uno de sus oficiales más dignos, valientes y al mismo tiempo el más modesto de ellos”.

Así mismo al poco tiempo la sublime pluma del caballero de los mares, registra una sentida carta al del Joven Marino, que quizá haya sumado a acrecentar la voluntad familiar de defender a la patria en esos terribles tiempos de guerra, donde refleja sus sentimientos por su fallecimiento:

“Sr. Dr. D. Juan de los Heros

Señor de toda mi consideración:

Sumamente conmovido tengo el honor de dirigir a usted la presente, para manifestar el profundo sentimiento que he experimentado con motivo de la sensible pérdida de su hijo Carlos, acaecida el 28 de agosto último al frente de Antofagasta, combatiendo a los enemigos de la Patria.

Si al recordar este acontecimiento y cumplir tan penoso deber, sólo tuviese en mira dar testimonio de haber visto sucumbir a un valiente, pronto estaría satisfecho de mi propósito, pero me mueve además y me aflige sobremanera recordar, sin esperanza de volverle a ver, a uno de los oficiales más distinguidos que he tenido bajo mis órdenes; su ejemplar modestia, su pundonoroso comportamiento, su caballeroso porte y cuantas dotes personales pueden adornar a un oficial estaban reunidas en él y se notaban con sin igual naturalidad. Prueba de estas recomendaciones es el inconsolable pesar con que todos en el buque, todos desde el que suscribe hasta el último de los marineros, le recuerdan con cariño y se disputan las manifestaciones más sinceras de su sentimiento.

Honor y gloria son los legados que hemos recogido los que le vimos en su último momento y como un sagrado deber que, si bien no puede enjugar el justo duelo de sus padres, puede llevarles un consuelo que mitigue sus dolores, trasmítole este precioso legado que formará el orgullo de su familia y uno de los timbres de nuestra historia.

Dígnese usted aceptar y transmitir al seno de su respetable familia, a la par que estos sentimientos, los de particular aprecio con que me es honroso suscribirme de ustedes muy atento amigo S. S”.

Miguel Grau (3)

2 años después, en 1881, cuando el enemigo estuvo en las puertas de la ciudad de Lima, salen en su defensa, al igual que muchas familias que vivían en la capital, los miembros de la familia que siguieron el ejemplo de Carlos de los Heros, encabezados por su padre, Juan de los Heros, aquel que hubo recibido aquella solemne carta de puño y letra del Almirante Grau, que a sus sesenta años de edad, se incorporó en el Ejército de Reserva, siendo acompañado de sus hijos, Daniel, Arturo, Reynaldo de los Heros Aguilar y su medio hermano Ernesto de los Heros Piñatelli, hermanos de su fallecido héroe Carlos, defensa en la que participaron también sus primos hermanos de rama materna, Ricardo, Manuel, Pedro Ernesto y Juan Salmón Aguilar.