LA MATANZA DE LOS PENALES EN EL PERÚ. Caso EL FRONTÓN.

El siguiente artículo aborda la “Operación de rescate de rehenes y recuperación del control de los penales en Perú”, que tuvo lugar en el año 1986 o como mal le llama Wikipedia “matanza de los penales en el Perú” cuando trata del caso del penal en la Isla EL FRONTÓN.

Lo que por desinformación o información sesgada y gracias a que la información en google (el mismo Wikipedia como ejemplo) mucha gente llama “La Matanza en los Penales del Perú” fue la primera operación exitosa de rescate de rehenes y recuperación del control de los penales (San Juan de Lurigancho, El Frontón, Santa Bárbara) dándole un duro golpe al terrorismo

El terrorismo en las cárceles del país fue una realidad muy dolorosa en la década de 1980 y 1990, cuando las organizaciones terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA se infiltraron en las cárceles para reclutar reos para sus filas, liberar algunos de sus integrantes detenidos preliminarmente y lograr la imposición de un régimen comunista en el país. Los grupos terroristas tomaron el control de los penales y lograron ejercer una autoridad paralela en el interior de los mismos. La Operación de rescate de rehenes fue la primera operación de este tipo en el Perú, y fue exitosa al recuperar el control de los penales.

En estos días, el terrorismo sigue siendo una amenaza para la seguridad mundial. En Perú. Uno de los episodios más sangrientos fue esta mal llamada “Matanza en los Penales del Perú”. Es importante recordar este suceso para denunciar el terrorismo y agradecer a aquellos que lucharon para poner fin a esta época oscura. 

La toma de control en los Penales del Perú

El Gobierno del entonces presidente Alan García (1985-1990) ordenó una intervención militar en los penales del país para recuperar su control. Sin embargo, la operación causó varias bajas, tanto en los miembros de la Marina que valerosamente se enfrentaban a un enemigo fuertemente armado, parapetado y que se había preparado por meses para esta acción, como de rehenes y de los terroristas amotinados. 

El resultado fue la recuperación de los penales en donde se perpetraron. Desde el inicio de la lucha, los elementos terroristas encarcelados tenían el control de los pabellones. La policía no tenía un control efectivo de quienes estaban dentro porque no podían entrar, y ante esa falta de control, los terroristas podían ingresar y salir a su antojo, usando como coartada el estar recluidos, cuando en realidad ellos planeaban sus atentados desde dentro, hacían que una persona fuera como visitante para reemplazarlos en el conteo luego, realizaban su atentado, y regresaban en la siguiente lancha de visitantes. 

Amenazaban a los policías encargados del control de visitas en las lanchas con matar a sus familiares, y con esto ya podría ingresar cualquier tipo de visita, incluidos otros subversivos y miembros de las células terroristas que planeaban asesinatos selectivos y atentados con coches bomba, las visitas que entraban al penal, no eran las mismas que salían de él en las lanchas de vuelta 

El 18 de junio de 1986, Sendero Luminoso, un grupo terrorista comunista, el más sanguinario del mundo en su momento, organizó esta serie de ataques simultáneos en diferentes cárceles del país. Los terroristas pretendían liberar a sus miembros encarcelados y así fortalecer su organización.

Los presos por terrorismo de las cárceles de San Juan de Lurigancho, en el “Pabellón Azul” de la isla penal de El Frontón y Santa Bárbara (prisión de mujeres), se amotinaron en forma coordinada tomando como rehenes a los guardias de las cárceles y a tres periodistas

Los terroristas amotinados presentaron un pliego de demandas entre las que destacaban su negativa a ser trasladados a otras cárceles; la eliminación de las requisas y las revisiones, así como el cierre del penal de Canto Grande y mejoras en las condiciones carcelarias. la respuesta de las fuerzas de seguridad del Estado fue contundente y se produjo un violento enfrentamiento que se saldó con la muerte de más de 250 presos por terrorismo, la mayoría de los presos por terrorismo, fallece al explotar un almacen de munición que ellos habían implementado dentro del pabellon azul que habían tomado mesesa atrás, al que ningún policía podía ya acceder.

29 reclusos pudieron ser puestos a buen recaudo por miembros de la Marina, mientras que del otro lado, muchos otros eran asesinados por los mismos presos cuando intentaban rendirse y dejar las armas.

La operación de rescate de rehenes fue exitosa y se recuperó el control de los penales, dándole un golpe duro al terrorismo en Perú.

La Marina de Guerra del Perú tuvo un papel crucial en la operación para retomar el control de las cárceles y sofocar la rebelión.

Sin embargo como el código procesal penal Peruano no es perfecto, las organizaciones que sustentan sus operaciones en denunciar a las fuerzas armadas y policiales, logran reabrir los juicios a los veteranos de guerra que se enfrentaron al terrorismo y arriesgaron sus vidas en esta lucha

 

Denuncia al Terrorismo

Lo que las gentes de ideología afín a estos grupos llaman “La Matanza en los Penales del Perú”, en realidad fue un rescate de rehenes y recuperación del control de los penales, es un triste recordatorio de los horrores del terrorismo. Sendero Luminoso y el MRTA utilizaron la violencia para tratar de imponer sus ideologías y causaron la muerte de cientos de personas inocentes. Es importante siempre denunciar este tipo de acciones y recordar las consecuencias que pueden tener.

Agradecimiento a la Marina

En medio de la violencia y el caos, la Marina de Guerra del Perú tuvo un papel fundamental en esta recuperación del control de las prisiones del país. Los miembros de la Marina arriesgaron sus vidas para enfrentar a los terroristas y devolver la paz a los penales que habían sido tomadas y usadas como sitios de planeamiento y adoctrinamiento en la ideología subversiva.

 Los hombres y mujeres de la Marina demostraron su coraje y profesionalismo, arriesgando sus vidas para restaurar el orden y proteger a los ciudadanos. La labor de la Marina en ese episodio sangriento no fue solo un acto de servicio a la patria, sino también una demostración de su compromiso con la seguridad y el bienestar de la población.

Es importante recordar y denunciar lo que pasó en ese tiempo en los Penales del Perú, sin embargo también es justo reconocer y agradecer el sacrificio de los miembros de la Marina que intervinieron en la operación. Su valentía y dedicación son un ejemplo a seguir para todos los peruanos y un homenaje a las víctimas de la violencia terrorista.

En conclusión, lo que llaman “la Matanza en los Penales del Perú” fue en realidad una operación de rescate de rehenes exitosa, en donde se sacrificaron vidas para lograr ese objetivo, llegando a recuoperar el control y la paz que los terroristas habían destruido, es un hecho histórico que debe ser recordado para que nunca vuelva a ocurrir. Al mismo tiempo, debemos agradecer y honrar el trabajo de la Marina de Guerra del Perú, quienes con su valentía y sacrificio, demostraron su compromiso con la seguridad y el bienestar de la población (para información mas exacta, ver video del canal de Veteranos) donde veteranos de guerra cuentan sus hisotrias de sacrificio y amor a la patria.

no sé de leyes o del codigo procesal penal pero es injusto que aquellos que participaron en esa operación de rescate, ahora como VETERANOS de GUERRA, tengan juicios hasta ahora casi 40 años después…

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