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El Coronel Leoncio Prado: Su Legado en la Marina de Guerra del Perú y su Contribución a la Independencia de Cuba

El Coronel Leoncio Prado: Su Legado en la Marina de Guerra del Perú y su Contribución a la Independencia de Cuba

La Historia de un Héroe Olvidado

 

En las páginas de la historia militar, hay nombres que merecen ser recordados y honrados. Uno de esos héroes es el Coronel Leoncio Prado, cuyo paso por la Marina de Guerra del Perú y su colaboración en la independencia de Cuba dejaron una huella imborrable. Sin embargo, su destino trágico en la Batalla de Huamachuco dejó un legado de valentía y sacrificio que no debe ser olvidado. En este artículo, exploraremos la vida y el legado del Coronel Leoncio Prado, un veterano de la Marina de Guerra del Perú que luchó incansablemente por la libertad de su país y de otras naciones hermanas.

Los Inicios de un Héroe

Leoncio Prado nació el 28 de agosto de 1853 en Huánuco, Perú. Desde una temprana edad, demostró un gran interés por el servicio militar y la defensa de su patria. 

A los trece años dejó el Colegio Guadalupe para combatir contra los españoles en la escuadra que navegó al sur de Chile y participó en el combate de Abtao, fue ascendido a Guardiamarina.

Luego participó en el combate del 2 de mayo de 1866 en el Callao y fue ascendido al grado de Alférez

A los 16 años, ingresó a la Escuela Naval del Perú, donde desarrolló sus habilidades como estratega y líder. Prado destacó rápidamente por su destreza y dedicación, convirtiéndose en un referente dentro de la marina peruana.

La Guerra del Pacífico y el Rol del Coronel Leoncio Prado

La Guerra del Pacífico (1879-1884) fue un conflicto que involucró a Perú, Bolivia y Chile. Durante este conflicto, el Coronel Leoncio Prado desempeñó un papel fundamental en la defensa de su país. Prado luchó valientemente en varias batallas, incluyendo como Teniente Primero de la Marina de Guerra del Perú, en Arica como jefe del cuerpo de torpederos, A pesar de la superioridad numérica y tecnológica de las fuerzas enemigas, Prado demostró coraje y liderazgo al frente de sus hombres, luego en julio de 1880 del cuerpo de guerrilleros para combatir al ejército chileno, siendo hecho prisionero y liberado en 1882. 

 

Christine Chaulieu

La Independencia de Cuba y la Participación del Coronel Leoncio Prado

Además de su valiosa contribución en la Guerra del Pacífico, el Coronel Leoncio Prado también tuvo un papel destacado en la lucha por la independencia de Cuba. Durante la época de la Guerra de Independencia de Cuba (1868-1878), Prado se unió a las filas de los independentistas cubanos, liderados por figuras como José Martí. Su experiencia y conocimientos militares fueron un activo importante para los rebeldes, ya que ayudó a organizar y entrenar a las fuerzas insurgentes, en cuba le dan el grado de Coronel del ejército Cubano.

Luego de ello emprende una travesía para intervenir en la independencia de Filipinas sin embargo el navío naufraga y no llega a concretar su empresa y por ese tiempo se entera de la posible guerra entre Perú, Chile y Bolivia.

La Batalla de Huamachuco: El Trágico Final de Leoncio Prado

La Batalla de Huamachuco, librada el 10 de julio de 1883, fue uno de los enfrentamientos más importantes de la Guerra del Pacífico. Durante esta batalla, las fuerzas peruanas, encabezadas por el Mariscal Andrés Avelino Cáceres, se enfrentaron al ejército chileno. A pesar de su coraje y valentía, Prado fue herido de consideración por una granada, capturado por las tropas enemigas y  ejecutado, dejando así un legado de heroísmo y sacrificio que perdura hasta nuestros días.

El Legado del Coronel Leoncio Prado

La historia del Coronel Leoncio Prado es una historia de valentía y sacrificio en aras de la libertad y la independencia. Su paso por la Marina de Guerra del Perú y su colaboración en la independencia de Cuba son ejemplos claros de su compromiso y liderazgo. Aunque su trágico final en la Batalla de Huamachuco nos recuerda los horrores de la guerra, también nos inspira a honrar a aquellos que lucharon por un ideal superior.

Hoy, recordamos y honramos la memoria del Coronel Leoncio Prado, un verdadero héroe que dejó una profunda huella en la historia militar y en los corazones de aquellos que valoran la libertad y la justicia. Su legado perdura, y su sacrificio nunca debe ser olvidado.

¡Recuerda siempre a aquellos que dieron su vida por nuestra libertad!

Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en dejárnoslo en la sección de comentarios.

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Cenotafio del Coronel Leoncio Prado en la cripta de los héroes

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COMBATE NAVAL DE IQUIQUE en la GUERRA del PACÍFICO

Combate Naval de Iquique, un combate humanitario en la Guerra del Pacífico: 4 momentos claves de la batalla

¿Has oído hablar del Combate Naval de Iquique? Si eres un fanático de la historia militar, seguro que sí. Pero si no lo conoces, prepárate para conocer uno de los eventos más importantes de la Guerra del Pacífico. En este artículo, te contaré los 4 momentos clave del combate naval, desde el inicio del ataque de los buques Huáscar e Independencia a las unidades chilenas hasta la valentía del comandante Miguel Grau al rescatar a los náufragos chilenos. Además, descubrirás por qué este combate es un ejemplo del derecho internacional humanitario. ¡Sigue leyendo!

Momento 1 – El ataque de los buques Huáscar e Independencia

El 21 de mayo de 1879, los buques peruanos Huáscar e Independencia se dirigieron al ataque de las unidades chilenas que bloqueaban la bahía de Iquique. Este fue el inicio del Combate Naval de Iquique, uno de los enfrentamientos más recordados de la Guerra del Pacífico.

Una vez tomada esta dirección de ataque, comenzó una intensa lucha que se prolongará por varias horas. Este combate naval se desarrolló en el contexto de la Guerra del Pacífico, un conflicto que enfrentó a Chile contra la alianza formada por Perú y Bolivia.

 

 Momento 2 – La persecución del buque Independencia y la posición del Huáscar

Durante la batalla, el buque Independencia sale en persecución del buque chileno Covadonga, mientras que el Huáscar buscaba la mejor posición para disparar contra el buque chileno Esmeralda. Miguel Grau, el comandante del Huáscar, decidió utilizar una de las armas principales del buque, el espolón, para hundir al Esmeralda. Esta arma había sido utilizada con éxito en la Batalla de Lissa, que se libró en el mar Adriático en 1866.

 el Huáscar buscaba la mejor posición para disparar contra la Esmeralda sin afectar a la población civil e instalaciones de la ciudad de Iquique. En esta fase, Miguel Grau demostró su habilidad táctica al maniobrar el Huáscar y evitar los ataques del enemigo.

Momento 3 – El ataque del Huáscar con el espolón

Finalmente, el Huáscar atacó al Esmeralda con el espolón, una maniobra que demostró la habilidad, pericia y el valor de los marineros peruanos. La munición era limitada y el tipo de blanco no era de gran valor militar por ello la decisión del uso del espolón, recurso valioso del limitado Monitor. Esta maniobra resultó exitosa, y el Esmeralda se hundió en las aguas de Iquique.

Esta arma había sido utilizada con éxito por la armada austriaca en la batalla de Lissa en 1866, durante la guerra austro-prusiana y Miguel Grau lo sabía (de ahi siempre la importancia de conocer la historia, lean muchachos, lean). 

Momento 4 – El rescate de los náufragos chilenos por el Comandante Miguel Grau

Después de hundir al Esmeralda, Miguel Grau ordane parar máquinas, evaluar los daños y las bajas propias, decidiendo de acuerdo a sus principios, rescatar a los náufragos chilenos del Esmeralda, lo que lo convirtió por este acto y luego muchos otros durante la campaña naval, en un precursor del derecho internacional humanitario. Por esta acción, Grau fue reconocido por el Congreso peruano.

La Batalla Naval de Iquique fue un hito en la historia militar de América Latina. El combate se destacó por la habilidad táctica de Miguel Grau y por su compromiso con el respeto a las normas humanitarias, a pesar de la dureza del enfrentamiento.

El Combate Naval de Iquique fue una batalla clave de la Guerra del Pacífico. Los 4 momentos que hemos destacado muestran la valentía y habilidad de los marineros peruanos, así como el respeto por la vida humana en el campo de batalla, Además de su habilidad militar, Grau siempre destacó por su sentido de la humanidad y amor por la patria que lo vio nacer.

Miguel Grau y su legado en la historia naval

Miguel Grau es uno de los personajes más destacados de la historia naval de Perú. 

El ataque del Huáscar fue exitoso y la Esmeralda se hundió en pocos minutos, terminando en el fondo del mar. 

Miguel Grau, también conocido como el Caballero de los Mares, fue uno de los líderes más destacados de la Marina de Guerra del Perú en el siglo XIX. Su figura es recordada con admiración y respeto por su coraje, su habilidad táctica y su sentido humanitario.

La Batalla Naval de Iquique también fue significativa por la presencia de otro líder destacado, el capitán chileno Arturo Prat. Prat murió en ese combate, pero su ejemplo de valentía y compromiso con la defensa de su país inspiró a muchos en Chile.

En conclusión, la Batalla Naval de Iquique fue un momento histórico clave en la Guerra del Pacífico y en la historia militar de América. La habilidad táctica de Miguel Grau y su compromiso con el respeto a las normas humanitarias fueron ejemplos de liderazgo que conmovieron a muchas personas en la región. La figura de Grau sigue siendo una fuente de inspiración para la Marina de Guerra del Perú y para muchos ciudadanos peruanos y latinoamericanos.

Tras la victoria del Huáscar en el combate naval de Iquique, la Marina de Guerra del Perú tuvo que enfrentarse a nuevas batallas en la Guerra del Pacífico. No obstante, la figura de Miguel Grau se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia, y es recordado hasta el día de hoy como uno de los más grandes héroes de la historia peruana.

En definitiva, el combate naval de Iquique fue una de las batallas más importantes de la Guerra del Pacífico, y un momento clave en la carrera de Miguel Grau. Su habilidad estratégica y su sentido de la humanidad lo convierten en una figura admirada tanto en Perú como en Chile, y su legado perdura hasta nuestros días como ejemplo de coraje y compromiso con la justicia.

Esperamos que esta información haya sido de tu interés y te haya permitido conocer más sobre la historia de la Guerra del Pacífico y el papel de Miguel Grau en ella. Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en dejárnoslo en la sección de comentarios.

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En la marina y el ejército, una de tantas familias que defendieron al Perú. 

EN LA MARINA Y EL EJÉRCITO, UNA DE TANTAS FAMILIAS QUE DEFENDIERON AL PERÚ EN LA GUERRA CON CHILE.

Demasiadas historias existen detrás de cada una de las familias de los combatientes de la marina y el ejército del Perú desde el día 1 en el que la nación vio comprometida su soberanía y libertad, el ser guerreros viene en nuestro ADN (solo que ese gen, aparentemente florece cuando la situación arrecia, pero cuando aparece se adueña de nuestra voluntad y nos llama a filas…) y la familia De Los Heros fue un gran ejemplo.

 

el mas renombrado fue El Teniente Segundo Carlos de Los Heros y Aguilar, que hace 142 años, un 28 de Agosto de 1879, en el 2do combate de Antofagasta, en plena campaña naval donde el Huascar era el titan que desafiaba a toda la escuadra chilena con su estrategia de golpear donde menos se esperaba y saber salir con la misma audacia con que aparecía.

 

En este combate, en donde se causaron innumerables daños y bajas en naves enemigas, sin embargo se tuvo que lamentar el fallecimiento del Teniente De los Heros, cuando estaba a pocos días de cumplir 29 años de edad.

y si hubo algo conmovedor dentro de esta irreparable pérdida para la tripulación del Huáscar, son las palabras sentidas de todos los que allí trabajaron con él, quedando registrado en el cuaderno de bitácora del Huáscar el siguiente texto: “Con la pérdida de este caballero pierde su familia lo más querido de ella; compañeros al amigo verdadero y leal y la Marina del Perú a uno de sus oficiales más dignos, valientes y al mismo tiempo el más modesto de ellos”.

Así mismo al poco tiempo la sublime pluma del caballero de los mares, registra una sentida carta al del Joven Marino, que quizá haya sumado a acrecentar la voluntad familiar de defender a la patria en esos terribles tiempos de guerra, donde refleja sus sentimientos por su fallecimiento:

“Sr. Dr. D. Juan de los Heros

Señor de toda mi consideración:

Sumamente conmovido tengo el honor de dirigir a usted la presente, para manifestar el profundo sentimiento que he experimentado con motivo de la sensible pérdida de su hijo Carlos, acaecida el 28 de agosto último al frente de Antofagasta, combatiendo a los enemigos de la Patria.

Si al recordar este acontecimiento y cumplir tan penoso deber, sólo tuviese en mira dar testimonio de haber visto sucumbir a un valiente, pronto estaría satisfecho de mi propósito, pero me mueve además y me aflige sobremanera recordar, sin esperanza de volverle a ver, a uno de los oficiales más distinguidos que he tenido bajo mis órdenes; su ejemplar modestia, su pundonoroso comportamiento, su caballeroso porte y cuantas dotes personales pueden adornar a un oficial estaban reunidas en él y se notaban con sin igual naturalidad. Prueba de estas recomendaciones es el inconsolable pesar con que todos en el buque, todos desde el que suscribe hasta el último de los marineros, le recuerdan con cariño y se disputan las manifestaciones más sinceras de su sentimiento.

Honor y gloria son los legados que hemos recogido los que le vimos en su último momento y como un sagrado deber que, si bien no puede enjugar el justo duelo de sus padres, puede llevarles un consuelo que mitigue sus dolores, trasmítole este precioso legado que formará el orgullo de su familia y uno de los timbres de nuestra historia.

Dígnese usted aceptar y transmitir al seno de su respetable familia, a la par que estos sentimientos, los de particular aprecio con que me es honroso suscribirme de ustedes muy atento amigo S. S”.

Miguel Grau (3)

2 años después, en 1881, cuando el enemigo estuvo en las puertas de la ciudad de Lima, salen en su defensa, al igual que muchas familias que vivían en la capital, los miembros de la familia que siguieron el ejemplo de Carlos de los Heros, encabezados por su padre, Juan de los Heros, aquel que hubo recibido aquella solemne carta de puño y letra del Almirante Grau, que a sus sesenta años de edad, se incorporó en el Ejército de Reserva, siendo acompañado de sus hijos, Daniel, Arturo, Reynaldo de los Heros Aguilar y su medio hermano Ernesto de los Heros Piñatelli, hermanos de su fallecido héroe Carlos, defensa en la que participaron también sus primos hermanos de rama materna, Ricardo, Manuel, Pedro Ernesto y Juan Salmón Aguilar.

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Conversación con Miguel Grau

Conversación con Miguel Grau

Una visita á Grau en la noche de su cumpleaños

(Por Bartolomé Mitre Vedia)

No estoy bien seguro, pero me parece que fué en una tarde del mes de Junio de 1876, que hallándome en Lima, recibí una invitación de Grau para asistir á una pequeña reunión de confianza que daba á la noche en su casa, con motivo de su cumpleaños. Había tratado á Grau durante mis anteriores visitas á Lima, y justo apreciador de sus nobles prendas personales, entre las cuales descollaba su rectitud nunca desmentida, y su carácter extremadamente benévolo, sentía por él un sincero afecto, mezclado á la mas viva simpatía.

Fue por tanto con verdadero placer que acepté la expresada invitación, y no menor la satisfacción con que estreché su mano, cuando, al presentarme en el vestíbulo de su casa, en compañía de mi esposa, salió á recibirnos con su habitual cordialidad y bondadosa sonrisa. Apesar de que las canas habían empezado á invadir su barba y cabellos, y de que en su rostro habían dejado mas de una visible huella los afanes, los trabajos y la intemperie, adivinábase á primera vista que no podía tener mucho mas de cuarenta años, como en efecto no los tenía, según acabo de verlo por los rasgos biográficos de Grau, incluidos por Vicuña Makena, en un artículo que ha hecho mas bien á mi alma, que cuanto se ha escrito en Chile desde que estalló la abominable guerra que aun busca por entre ríos de sangre, una solución que allane por la razón de la fuerza, dificultades que pudieron y debieron allanarse por la fuerza del derecho y de la santa fraternidad americana. Mandaba ya entónces el «Huáscar» el que tan merecida celebridad debía dar á este buque con el trascurso del tiempo, y, como era natural, no faltaba en la familiar reunión ni uno solo de los oficiales francos del monitor peruano, varios de los cuales conversaban con su jefe, en una pequeña pieza contigua al salón, cuando el azar me llevó cerca de ellos.

-¿Y qué noticias tiene Vd. de su tierra, mi amigo Mitre, me preguntó afablemente Grau, al ver que yo me disponía á alejarme de su lado, temeroso de parecer indiscreto. -Nada de particular, me apresuré á contestar, aproximándome al grupo de oficiales.

-¿Y qué tal con los brasileros? ¿Ya no les dán trabajo? -Parece que por ahora todo aquello está muy tranquilo. -¡Hum, malos vecinos son esos! agregó en tono jovial Grau.- Yo en lugar del Gobierno Argentino, tendría el ojo muy alerta con ellos, y cuidaría de que no pudiesen nunca tomarme desprevenido. -En cuanto á eso, creo que no hay porque tener cuidado repliqué. No sería la primera vez que nos encontrábamos con esos señores. -Si, todo está muy bueno por tierra, ¿pero por agua?

-¡Ah, lo que es en eso, no puede negarse que el Imperio nos lleva inmensa ventaja, pero ya nos arreglaremos, para que no nos corran así no mas á dos tirones y en último caso les pediremos prestados á ustedes el « Huáscar » y algún otro buquecito que no les haga falta por el momento! Grau se sonrió de una manera especial al oir esta respuesta mía, dada, como se comprenderá fácilmente, en tono de broma, y señalando á sus oficiales con una picaresca guiñada agregó. -Pues ha de saber Vd. que ya anduvieron estos caballeritos alborotados por irse á Buenos Aires, cuando fué su padre de Vd. al Brasil, y se creía inminente la guerra. ¡Tanto que fué necesario ponerse medio sério, para hacerlos entrar en vereda, no fuera que un buen día se largaran con «Huáscar » y todo!

-¡No eramos nosotros los únicos, comandante…! empezó á decir uno de los oficiales, cuando no recuerdo por qué circunstancia se vió Grau obligado á separarse de nosotros. Al verlo alejarse, agregó el mismo oficial: -Ahí donde Vd. lo vé, él era el mas embullado de todos por mandarse mudar!

………………………………………………..

Han pasado algunos años desde aquella agradable fiesta, y Grau, y sabe Dios cuantos de los oficiales que ví en ella á su lado, departiendo amigablemente, han rendido la vida ante el altar de su pátria, cayendo como héroes sobre la cubierta del buque en que habrían querido venir á pelear por la República Argentina, amenazada por enemigos extranjeros.

El deseado viaje á las pintorescas riberas del Plata, se ha convertido en viaje á la espléndida región de la inmortalidad y de la gloria. B. Mitre y Vedia. Buenos Aires, Octubre 25 de 1879.

********************

Texto: “Corona Fúnebre: “Homenage de la República Argentina a Miguel Grau”

 

 

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21 DE MAYO, DIA DE LA VICTORIA Y EL HONOR NAVAL. autor C de N Juan carlos ricardo Llosa Pazos

21 DE MAYO, DIA DE LA VICTORIA Y EL HONOR NAVAL. autor C de N Juan carlos ricardo Llosa Pazos

COMBATE NAVAL DE IQUIQUE, 21 DE MAYO DE 1879 CAPITÁN DE NAVÍO JUAN CARLOS RICARDO LLOSA PAZOS

Una de las peores tragedias que puede vivir un pueblo es ser arrastrado a una guerra en la que irremediablemente miles de los suyos habrán de perder la vida, y donde la destrucción domina los atardeceres, como el desasosiego inundando los espíritus, como fue el caso del perú en la guerra de 1879 que lo enfrentó por tercera vez a chile en el siglo xix.

Que duda cabe que el pueblo peruano luchó con denuedo contra el invasor, soportando cuatro años de extenuantes y consecutivas campañas navales y terrestres.

Puede decirse que es a partir de la toma de lima en enero de 1881 donde el aluvión arrasó nuestra defensa, y lo que continuó en muchos hombres, fue el agotamiento propio de la naturaleza humana, acometida por la desesperanza que se alimenta del desgobierno, la desunión y la podredumbre. De ahí que el inevitable epílogo de 1883, a pesar de la admirable prolongación de la voluntad de lucha nacional, fue consecuencia de los efectos de la maquinaria militar vencedora que retenía la prenda territorial.

Desde los días de cochrane y de guise, había quedado demostrado que enfrentar a chile en guerra exigía considerar al mar como el escenario predominante frente a los acontecimientos bélicos que habrian de tener lugar. Las batallas decisivas en los oceanos, realmente lo son cuando su impacto influye directa o indirectamente en los resultados en tierra.

Lo sería en 1879 con angamos, lo sería en 1916 con jutlandia.

A fines del siglo xix, el almirante mahan sentaría catedra sobre la trascendencia del poder naval en la guerra y en la geopolítica mundial, al sentenciar que el domino de los mares no solo permite evitar ataques en el propio territorio sino tomar la ofensiva para atacar al enemigo.

Acaso el visionario proyecto geopolítico de la confederación perú-boliviana, no se había perdido cuando el almirante argentino manuel blanco encalada aseguró el dominio del mar para chile?. Santa cruz aunque hábil estadista, no supo liberarse de la errónea premisa que también cultivaron napoleón y bolívar: las armadas solo sirven para transportar tropas.

Aun castilla a pesar de su famosa frase de dos buques por uno, lo que no está escrito en ninguna parte, la olvida después o descuida en su segundo gobierno. Para 1863, nuestras costas llevan tiempo inermes.

No resultaba entonces hacia abril de 1879, un hecho aislado los paupérrimos niveles de alistamiento naval de nuestra escuadra, sino mas bien una constante, perniciosa y fatal, una conducta insana, .Una forma de proceder recurrente y lesiva para con la defensa marítima de la patria.

Aquel sería el drama que tendría enfrentarían los comandantes de unidades navales peruanas desplegadas al sur en mayo de 1879, en una misión casi suicida de disputa del control del mar con una escuadra materialmente muy superior, con cañones de grueso calibre bien montados y entrenados, con un prestigioso almirante a bordo, un solo comando en el mar.

Nada de esto sucedería bajo pabellón peruano.

Ante el previsible empleo de la estrategia de flota en potencia como curso de acción de la fuerza naval peruana, la respuesta del enemigo mas sensata debió ser establecer de inmediato un bloqueo naval al puerto el callao, donde se encontraban concentradas nuestras unidades navales, incapaces de zarpar al inicio de las hostilidades.

Como señala en su libro el poder marítimo, el historiador naval británico geoffrey till, el bloque naval ha demostrado ser una respuesta efectiva de parte de la armada más poderosa. Sin embargo, el enemigo optó por un bloqueo económico a iquique para afectar el ingreso de recursos al fisco peruano provenientes de la exportación del salitre de tarapacá.

Esta decisión fue la clave del fracaso de la primera parte de la campaña naval del enemigo, y la que le costaría el puesto al contralmirante juan williams rebolledo, comandate en jefe de la escuadra chilena.

Williams empeñado en acelerar el zarpe de nuestra escuadra, buscaba la gloria que solo podía obsequiarle la batalla decisiva y no el bloqueo naval. Esa misma gloria que se le había sido esquiva en la guerra con españa, por lo que apenas pudo contentarse con el premio consuelo del combate naval de papudo, donde fue capturada la goleta española virgen de la covadonga.

No es pues con esa sola medalla con la que ha querido concluir su carrera naval el jefe chileno. Quiere coronarla con una victoria en aguas profundas sobre la escuadra de sus otrora aliados. Pretende ser el nelson chileno que supere a cochrane y a blanco encalada, y esa vanidad indomable, le hará perder la oportunidad de dar un golpe decisivo con una sola maniobra que obligase al gobierno peruano a negociar. Aquel, sin posibilidad en ese momento de dar combate ni de proteger sus líneas de comunicaciones marítimas no hubiese podido evitar que tropas chilenas invadiesen el resto del litoral boliviano y los territorios de tarapacá.

Cuando por fin williams se decide ir en busca de las fuerzas de mar y tierra que manda el presidente prado, ya es demasiado tarde. Ambas escuadras se cruzarán en la mar sin detectarse.

Finalmente el más tarde vicealmirante williams habría de conformarse con morir en casa en 1910, con solo la medalla de papudo en el pecho.

Ya en el sur los buque peruanos inician sus operaciones ofensivas.

La madrugada del miércoles 21 de mayo, la primera división naval peruana que conforman el monitor huascar y la fragata independencia, grupo de tarea al mando del capitán de navío don miguel grau, incursiona sobre el estratégico puerto de iquique con la finalidad de hostigar a las unidas bloqueadoras y de darse el caso, batirlas en combate. Los comandantes de las unidades nacionales gobiernan a toda fuerza con proa a la bahía de iquique.

Antes de tocar zafarrancho, grau arenga a sus guerreros:

-“tripulantes del huáscar ha llegado la hora de castigar al enemigo de la patria”- corta el viento con furia la espada desnuda del héroe señalando la posición del enemigo: – “¡vencer o morir…… vencer o morir !….. ¡viva el perú!”- rugen una y mil veces las gargantas de nuestros valientes.

El huáscar enfila a la corbeta esmeralda que inicia sus movimientos en el lado norte de la bahía iquique. Pronto el nulo efecto del tiro de artillería del monitor sobre la esmeralda, obligará al comandante del huáscar a emplear el espolón, arma secundaria de a bordo.

En esa fecha, en el día de victoria y de honor naval, el espolón jugará para bien y para mal un rol decisivo. Aquella arma ha sido empleada con éxito en la batalla de lissa de 1866 en aguas del mediterráneo cuando fuerzas navales austriacas vencen a las italianas.

En su clásico táctica de flota, el capitán de navío wyne p. Hughes afirma que el espolón en lissa probó ser una arma eficiente en el combate naval. Lo propio sostiene el historiador norteamericano michel a. Palmer en su obra comando en el mar: “lissa esta relacionado intrínsecamente con el espolón. El éxito austriaco aseguro la transformación de la embestida en una táctica naval aceptada e influyente en el diseño de los buques de guerra posteriores a esa batalla”.

Tras interminables 3 horas de recio combate, el huáscar logra, merced a tres estocadas de espolón, horadar el vientre de la corbeta chilena que herida de muerte, desaparece crujiente bajo las oscuras aguas de iquique, mientras que su comandante, el digno y valeroso arturo prat, yace sin vida en la cubierta del monitor, fruto de su temerario arrojo como mas tarde escribiera el comandante grau a su viuda. Poco después nuestro gran almirante salvará vidas de los ya neutralizados adversarios, se impondrá su valía como ser humano, que rechaza el vano sacrifico de existencias, cuándo la adrenalina del combate mengua y ya reposa el espíritu del guerrero.

Para ese momento ha entregado su vida por la patria, el teniente 2do jorge velarde castañeda, de 23 años quien conservó su puesto en la cubierta al pie del pabellón con valor y serenidad, como se consigna en el parte de su comandante, para el infinito dolor pero también para imperecedero orgullo del su padre anciano, el coronel melchor velarde y de la armada del peru.

Por su parte la fragata independencia, al mando del capitán de navío juan guillermo more ruiz, con proa a la covadonga, rompe sus fuegos sobre ella, mientras la goleta busca escapar de la trampa de iquique huyendo al sur a máxima velocidad y aprovechando su poco calado. Su comandante, carlos condell, maniobra muy pegado a costa asesorado por el practico del puerto un inglés de apellido stanly.

La exasperante falta de puntería de los artilleros de la independencia, que pertenece a una escuadra que no hace ejercicios de tiro de manera recurrente por mas de 5 años, obliga al comandante del blindado a ir al espolón.

Dominado por la prisa del combate y por la impotencia de no de poder castigar al enemigo que le ocasiona bajas en su repliegue, el comandante peruano no mide con exactitud el riesgo, no calcula lo suficiente el muy alto el precio de lo que esta en juego: la seguridad de su nave frente a una unidad de poco valor militar.

Tras varias acometidas fallidas, la independencia impacta con una roca no registrada en la carta náutica de la zona. Condell al percatarse, gira su buque 180 grados y se aproxima de vuelta encontrada a su enemigo exánime, y abre fuego sobre la inmóvil fragata. Los tripulantes de la independencia se defienden con bizarría mientras la cubierta se inclina sobre babor. En ese intercambio condell de la haza, hijo de piurana, les envía sus balas a sus primos, hermanos alfredo y arturo que son miembros de una antigua familia de marinos peruanos, los de la haza, quienes desde a bordo de la fragata nacional, con no menos furia, le devuelven la flor al afectuoso primo.

Ha muerto ya, atravesado por la metralla de la covadonga, el alférez de fragata jerónimo guillermo garcía y garcía de 32 años, hermano de uno de los marinos más distinguidos de nuestra historia, el capitán de navío aurelio garcía y garcía, quien junto con su hermano narciso conformaban una respetable familia de marinos. Este último, que es teniente primero de la independencia lo ha visto morir y rescata su cadáver del naufragio. En carta a aurelio, dice narciso que su comandate more- estuvo sublime en su valor, sereno e inteligente en el manejo del buque.

Tras la tragedia de punta gruesa el comandante de la independencia, capitán de navío juan guillermo more ruiz asume su responsabilidad sobre la conducción de su buque frente al enemigo y le ha dicho al comandante villavicencio a bordo del chalaco, que habrá de pagar con su vida su pérdida. Pero altivo e integro como lo fue siempre, no acepta que se ponga en duda o se cuestione su patriotismo, su honor de cumplido caballero y de hombre de mar. En valparaíso donde carlos condell de la haza comandante de la covadonga más allá del natural aprovechamiento táctico al que estuvo obligado a realizar frente al encallamiento del buque enemigo del que estaba escapando, se ufana, fatuo, de una victoria ficticia e impostora, que no es otra cosa que el artero fusilamiento de los náufragos de la independencia, primos hermanos incluidos.

Condell es el héroe del momento en chile, y desde esa posición tan circunstancial se atreve a lanzar calumnias contra more afirmando que este jefe arrió su pabellón rindiendo su buque a viva voz y pidiéndole que respete la vida de sus tripulantes a lo que dice accedió gustoso. Mentira ruin que no solo busca convertir en merito profesional lo que el azar le ha obsequiado, sino que también pretende adornar su triste faena, con fingidos tintes de humanidad, tal vez queriendo vanamente emular a grau

semanas mas tarde don juan guillermo, quien ha sido el último en abandonar su buque como manda la ordenanza, dirige al condell una carta que honra su memoria y muestra la fortaleza moral de su fibra:

“no es dudoso que el desgraciado comandante de la independencia tenga oportunidad, cualquiera que sea su condición de demostrar a ud y a todo chile de cuanto es capaz el que nunca faltó a sus deberes ni como soldado ni como patriota”.

El distinguido historiador héctor lópez martínez señala que more buscó ansiosamente la muerte que su honra reclamaba. Esta lo encontraría, sereno y gallardo, el 7 de junio de 1880 en el morro de arica.

Pocas veces nos ocupamos de la familia de nuestros heroes, y en particular de sus esposas en esta memorable fecha queremos también rendirles homenaje.

A la señora dolores cavero de grau en su casa alquilada de la calle lezcano cuidando a los diez hijos del matrimonio.

A la señora carmen medina de more, con dos hijos pequeños en lima dirigiendo cartas a los diarios que osaban poner en entredicho el patriotismo de su esposo, dama valiente que exige trato justo al presidente de la republica para con el esposo en desgracia, pero marino honorable y de conducta intachable.

A la señora zenovia garcía maldonado que a poco de haber contraído matrimonio, llora inconsolable la muerte de su joven esposo jeronimo guillermo garcía y garcía.

Y en la otra orilla, a la señora carmela carvajal de prat que con lágrimas en los ojos dirige exquisitas frases al comandante del huáscar agradeciéndole el raro gesto de devolverle la espada de su esposo, acentuando la nobleza del corazón del comandante enemigo que con hidalguía de caballero antiguo, como el amadis de gaula y el bayardo, se inclina ante su pena inconsolable.

Es iquique siempre oportunidad para rendir homenaje a la figura tan admirada por los peruanos del ciudadano grau, el caballero de carácter afable, modesto y bondadoso, de refinado trato y de palabra fácil, a esa figura tan querida y venerada por nosotros los marinos,

pero el ciudadano grau se fue a la guerra, y en ella se comportaría como guerreo en toda la dimisión de la palabra. En consecuencia con su basta experiencia en el servicio naval, en la que no siempre las cosas han sido fáciles, mas aun en la madurez profesional, su temple y sus convicciones lo llevan a enfrentarse a diego de la haza, a imponerse a antonio de la guerra, a rivalizar con aurelio garcía y garcía en la guerra, a increparle a more, a desafiar a prado.

Jefe correcto, disciplinado y justo, llega a ser a veces duro e inflexible.

A los marinos nos ha tocado hoy librar una la guerra muy distinta a la de 1879 pero tan letal como aquella, y junto con los veteranos de otros tiempo lejanos y recientes nos congregamos para conmemorar este jueves 21 de mayo la audacia y el valor del capitán de navío miguel grau, del arrojo de raygada, otoya, carreño, carvajal, freire, sánchez lagomarsino, ferre, gárezon, palacios, así como para saludar el coraje de los enemigos, con el capitán de fragata arturo prat a la cabeza ,y para venerar la inmolación heroica de los jóvenes marinos jorge velarde y guillermo garcía y garcía, que junto a otros valientes entregaron sus vidas entre abordaje y espolón.

Es este día de victoria y de honor naval, coronado con la magnanimidad con el vencido y con la resistencia tenaz al filo de la mar hiriente, sobre la roca traidora.

Saludamos también en estas líneas, a los descendientes de los héroes de la gesta naval del 21 de mayo de 1879, son ellos deudos de la mas sublime de las estirpes, la de los que arriesgan y dan la vida por la patria, de esa estirpe, que también es nuestra, que adoptamos como filosofía de vida que rige conductas sin mácula en la hora azul, ya en el triunfo, ya en el infortunio.

Sea esta evocación, un modesto homenaje a los guerreros de iquique y de punta gruesa, 2i de mayo de 1879, día de victoria y de honor naval inmortales.