
¿Te has preguntado alguna vez cuál es la tumba más peligrosa del mundo? A lo largo de la historia militar, han surgido numerosos misterios y leyendas que han capturado la atención de muchos, y uno de ellos es el caso de Richard Leroy McKinley. En este artículo, te sumergirás en la enigmática historia detrás de esta tumba, rodeada de peligros y radiación. ¿Qué secretos esconde? ¡Acompáñanos en este viaje de descubrimiento!
Richard Leroy McKinley - El enigma detrás de la tumba más peligrosa del mundo

Un héroe de tiempos oscuros
Richard Leroy McKinley fue un distinguido miembro de las fuerzas armadas que vivió en una época marcada por conflictos bélicos y avances tecnológicos. Nació en Ohio el 2 de diciembre de 1933 y sirvió en el Ejército de los Estados Unidos durante La guerra de Corea. Su valentía y dedicación en el campo de batalla le valieron el reconocimiento de sus compañeros y superiores.

El trágico destino de McKinley
A pesar de su corta pero brillante carrera militar, la vida de Richard Leroy McKinley estuvo destinada a dar un giro inesperado. Durante una misión altamente clasificada, McKinley estuvo expuesto a una cantidad mortal de radiación durante un accidente, conocido como “incidente SL1. Stationary Low-Power Reactor Number One (Reactor estacionario de baja potencia número uno), fue un reactor de energía nuclear militar experimental de los Estados Unidos que resultó destruido tras el primer accidente de una planta nuclear en ese país. La noche del 3 de enero de 1961, tras un cierre de varios días por vacaciones, en el Laboratorio Nacional de Idaho, ubicado una zona desértica unos 65 kilómetros al este de Idaho Falls (Estados Unidos).
El trágico accidente
Se programó la tarea de reinicio del reactor, y estuvo en manos de Mate Richard Legg, jefe electricista de la marina y John Byrnes y Richard Leroy McKinley, dos especialistas del ejército. Sin embargo, durante el proceso, el SL-1 entró en estado crítico, provocando el accidente nuclear. Además de los tres cadáveres, las autoridades detectaron altos niveles de radiación en el edificio.
Las investigaciones concluyeron que fue un fallo manual (un movimiento excesivo de la barra de control) lo que aumentó la radiactividad, y con esto la potencia del reactor aumentó a gran velocidad. La gran cantidad de calor generada en tan solo 4 milisegundos provocó la súbita evaporación de parte del agua del núcleo del reactor. El vapor de agua generó una onda de presión que impacta la parte superior del casco. Esto empujó la barra de control y el mencionado casco del reactor hacia arriba, matando al operario que se encontraba encima, estampándolo contra el techo, acabando en el acto con la vida de Byrnes.
Según la revista Earth, las autoridades encontraron a McKinley tendido en el suelo. Murió pocos minutos después, en la ambulancia, que se mantuvo alejada del núcleo urbano para evitar la posible radiación que pudiera irradiar el cuerpo. Horas más tarde, el equipo de rescate encontró el cadáver de Legg, que había sido atrapado entre el techo y un pedazo de metal y cuyos restos tardaron varios días en rescatar.

La tumba misteriosa y su aura de peligro

Tras su fallecimiento el 3 de enero de 1961, Richard Leroy McKinley fue enterrado en el cementerio de Arlington, Virginia, Su tumba está en la sección 31 y es tristemente famosa por ser la tumba más peligrosa del mundo. El cuerpo de Mckinley absorbió una cantidad tan grande de radiación que se encuentra forrado con un nylon especial sellado al vacío y dentro de un sarcófago sellado hecho de plomo, y este a su vez envuelto con varias capas de algodón y plástico, todo guardado dentro de dos bóvedas más, una sobre otra y debajo del suelo, selladas y reforzadas cada una con capas de metal de 30 centímetros.
según la revista Earth, publicada por el American Geosciences Institute, es cierto que de los miles de ataúdes enterrados en el cementerio de Arlington, solo el de McKinley está forrado con plomo, para evitar que el cuerpo emita radiación. Además, la página web del cementerio informa de que sus restos no pueden trasladarse, si no es con la aprobación del Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Los mitos y leyendas que rodean la tumba
A lo largo de los años, se han tejido numerosos mitos en torno a la tumba de McKinley. Algunos creen que la radiación que lo afectó sigue presente en el lugar, causando enfermedades y, en casos extremos, incluso la muerte. Otros aseguran haber presenciado fenómenos inexplicables en sus cercanías, alimentando aún más el misterio y la intriga. Se dice que los guardias de seguridad tienen la orden de disparar a cualquier persona que pudiera acercarse con una pala, dispuesta a desenterrarla (bueno eso es aplicable a cualquiera que quiera hacerlo en cualquier tumba en ese campo santo ¿no?). se dice que la radiación que emite el cadáver mataría toda forma de vida que esté cerca en cuestión de segundos.

La realidad detrás del misterio
Aunque la leyenda de la tumba más peligrosa del mundo es intrigante, debemos separar los hechos de la ficción. Debemos mantener una perspectiva informada para entender que, si bien la tumba tiene su historia, no presenta un peligro inminente para quienes la visitan con respeto.

El legado de Richard Leroy McKinley
La tumba de Richard Leroy McKinley ha cautivado la imaginación de muchas personas a lo largo de los años. A través de mitos y leyendas, se tejieron intrigas que han mantenido viva su memoria. Aunque el misterio es fascinante, es fundamental abordarlo con una comprensión informada y basada en hechos reales. Recordemos a McKinley por su coraje y dedicación a su país, y honrando su memoria con el respeto que corresponde. En nuestro próximo viaje dentro de la historia militar, seguiremos explorando más historias fascinantes de veteranos de las fuerzas armadas. ¡Hasta pronto!
